Autor:: José María Sánchez Osuna

Autor:: José María Sánchez Osuna

miércoles, 8 de febrero de 2017

CASA DE LOS TIROS

Este edificio comenzó a construirse entre los años 1530 y 1540, siendo propiedad de la familia Granada Venegas, cuyos lemas se pueden apreciar en diversos lugares de la casa. La fachada es un torreón cuadrado, rematado por almenas, con puerta dintelada, dos balcones y cinco estatuas que representan a Hércules, Héctor, Teseo, Jasón y Mercurio.
El portal de la planta baja está cubierto por un techo con vigas de madera apuntaladas en zapatas góticas y en los tableros se observan pinturas representativas de luchas de animales. El patio nos muestra una escalera que asciende al torreón, donde se aprecian algunas columnas y capiteles de origen árabe.
Del edificio primitivo se conserva el salón principal, en el que  su techo tiene labradas espadas. Las zapatas donde se apoyan las vigas están talladas con cabezas humanas y en los espacios existentes entre las maderas se ven bustos en relieve.
Las paredes de la sala descubren cuatro medallones de piedra con diferentes bustos, las puertas están talladas con decoración plateresca y los tableros ofrecen la visión de medallones con cabezas humanas, el escudo de los Renfigios y una bandera con la cruz de Jerusalén. En las hojas de los balcones se observan cabezas talladas. En la habitación adyacente se conserva un pavimento de alicatados de estilo árabe (siglo XVI); mientras que en el jardín, junto a un busto del duque de san Pedro de Galatino, se hallan unos bellos cipreses y cuadros de boj.
Actualmente, la Casa de los Tiros es propiedad del Estado y en ella se exhiben importantes obras de arte, esculturas, cuadros, grabados, apuntes y dibujos, relacionados con Granada.


CASA DE LOS MASCARONES

En la calle del Agua, en el mismo centro del Albaycín, está la Casa de los Mascarones, que recibe su nombre debido a las representaciones que decoran su fachada. La vivienda es conocida por haber sido residencia del poeta don Pedro Soto de Rojas, canónigo de la Colegiata del Salvador, donde fue enterrado en 1658.
La casa fue construida durante el primer tercio del siglo XVI, sobre unas parcelas que con anterioridad pertenecieron a unos moriscos, disponiendo de un gran jardín ornamentado con fuentes, estatuas y flores, según describe don Pedro Soto en su obra: “Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos”.
Tras el fallecimiento del canónigo, el carmen pasó a manos del poeta Trillo Figueroa, quien  la vendió al escultor José de Mora, quien la restauró bajo la dirección de Juan de Rueda.



CASA DE LOS CONDES DE ARCO

Este edificio palaciego de finales del siglo XVI, lo encontraremos en la Carrera del Darro, nos muestra una fachada manierista. La casona alberga, el Centro de Documentación Musical de Andalucía, desde 1987.


CASA DE LAS ESTRELLAS

En la calle de la Estrella se encuentra ubicada esta casa, que debe su nombre gracias a las tres estrellas esmaltadas en verde que se aprecian en la clave del arco apuntado de la entrada. La vivienda ha pasado a la posteridad debido al protagonismo que le da el escritor Manuel Fernández y González, en sus novelas: Los Monfies de las Alpujarras y Martín Gil. El interior del edificio, conserva restos de estructura morisca y la remembranza de haber servido como punto de reunión de algunos autores granadinos, de finales del siglo XIX, entre los que destaca Antonio Joaquín Afán de Rivera.


lunes, 6 de febrero de 2017

CASA DE CASTRIL

La casa se halla enclavada en la Carrera del Darro, en el antiguo barrio árabe de Ajsaris, sede a partir del siglo XVI de parte de la nobleza granadina, como muestran sus construcciones blasonadas.   La Casa de Castril es uno de los mejores palacios renacentistas de Granada y perteneció a la familia de Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos, que participó activamente en la conquista de Granada y en sus Capitulaciones. En lo alto de la fachada está grabada la fecha de su construcción: 1539. Esta obra ha sido atribuida a Sebastián de Alcántara, uno de los más destacados discípulos de Diego de Siloe.
También aparece en la fachada   el escudo de la familia con la torre de Comares de la Alhambra, en la que podemos observar perfectamente las celosías de madera de las ventanas principales del salón como existían en su época y que con acierto han sido colocadas de nuevo por el Patronato de la Alhambra. Una bella ventana de esquina en lo alto tiene el lema “Esperándola del Cielo”, que ha sido inspiración de diversas leyendas románticas.
Esta casa señorial está formada por un zaguán con escalera y ventanales de clara tradición renacentista desde el que se accede hasta el patio central con salas abiertas a las galerías baja y alta, y un bello jardín posterior. Sufrió una transformación radical para la instalación del Museo.   De 1917 a 1941 el arquitecto Fernando Wilhelmi Manzano realizó en ella una profunda reforma estructural, respetando los elementos constructivos más destacados, como la escalera del zaguán, las galerías del patio o algunas armaduras de madera del techo de las salas. Además, al Norte del jardín de la casa, añadió un pabellón de dos plantas. El Museo de Bellas Artes que ocupaba el pabellón nuevo a Norte del jardín, se trasladó al palacio de Carlos V en 1946. Francisco Prieto-Moreno Pardo será el arquitecto que haga las reformas posteriores de 1955 a 1974. En 1962 se adquirió la Casa del pintor Rafael   Latorre, aledaña a la Casa de Castril para convertirla en una ampliación del espacio del Museo.


CASA DE ABD-AL-BARR

Primera residencia de los regidores, denominados Caballeros Veinticuatros, y de los jurados, que posteriormente se cambiaría por la de Madraza.



CAPITANÍA GENERAL

Se encuentra ubicada  en el que fuera convento de san Francisco, al principio de la calle de san Matías. La iglesia, que era de grandes dimensiones, ocupaba la actual plaza del padre Suárez, disponiendo de una nave central y seis capillas laterales, cubiertas de bóvedas de crucería gótica. Durante la Guerra de la Independencia, el gobierno napoleónico desmanteló el edificio, desapareciendo la totalidad de las obras de arte. Posteriormente, el convento se destinaría a Capitanía General, en la que destaca sus dos patios ornamentados con columnas de piedra de Elvira.