Fue en el pasado una explanada de estructura rectangular, que limitaba en uno de sus lados con la muralla proveniente de la calle de los Mesones, lo que la ubicaba junto al arenal del río Darro. Durante la dominación musulmana, sirvió de escenario de justas y festejos; ensanchándose, tras ser conquistada Granada por los cristianos, se construyó en la parte norte una línea de soportales, que serían empleados como aposentos para las Escribanías de la ciudad. En la plaza, los cristianos celebraron sus ferias de ganado, de especias y paños; además de construir en las cercanías las nuevas instalaciones para la Pescadería y Carnicería.
En 1940, la plaza sufrió una de sus reformas más importantes, instalándose en su centro la fuente de los Gigantones (siglo XVII), procedente del extinto convento de san Agustín, y que dispone de dos tazas: la inferior está sustentada por unos deformes gigantes y la superior está rematada por una estatua pequeña del dios Neptuno, tallada en mármol blanco.
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