Se alza al Este del palacio de Comares, estando dispuesto a la usanza de las termas privadas romanas. La primera de sus estancias es el apodyterium, conocida por el nombre de sala de las Camas, la conforma un conjunto de cuatro columnas que establecen una estructura de forma cuadrangular, rematado con una fuente de taza en medio y galerías de alrededor. Los dinteles en los que se apoyan las columnas sostienen vanos rectangulares correspondientes al piso superior, cuya galería cerrada con celosías, serviría para que el monarca pudiera ver bañarse a sus concubinas. La sala estuvo decorada con inscripciones coránicas, que en el siglo XIX fueron reemplazadas por otras, una de las cuales exaltaba a Muhammad V, monarca que no participó en la construcción. Los espacios oriental y occidental de la habitación disponen en el centro unas plataformas de obra elevadas sobre el suelo, destinadas a camas para el reposo después del baño, ornamentadas de alicatados de diversos colores y precedidas de dobles arcos semicirculares decorativos apoyados en columnas. Las paredes están cubiertas de una hermosa decoración policromada, fruto de una restauración, realizada por motivos de ruina entre1843 y 1866, a excepción de las columnas, el pavimento y parte de los azulejos. Esta rehabilitación, junto con las efectuadas en los siglos XVI, XVII y XVIII, hace que todos los elementos estéticos sean de tiempos cristianos. El piso superior dispone en su lado oriental de una sala ejecutada con armadura de lazo de tipo mudéjar y dos ventanas curvadas contiguas al pasillo anejo a las que fueran aposentos de Carlos V, mostrando sus arcos una serie de inscripciones piadosas y realces en sus enjutas, realizadas durante el siglo XV. Los cenadores de la planta baja disponen de cuatro puertas situadas en los respectivos ángulos; la situada en la zona Oeste es la de entrada, la adjunta a las escaleras lleva al patio de Comares; la siguiente conduce al jardín de Daraxa; y la última da acceso a los baños, no sin antes atravesar un pasadizo donde se observa un retrete y tres pequeñas habitaciones con pilas de mármol.
Los baños son de diseño muy sencillo y elegante, sin ningún tipo de ornamentación en sus paredes, disponen de solería de mármol blanco, zócalos de azulejos, arcos lisos de herradura y bóvedas esquifadas con lumbreras estrelladas de vidrios de gran colorido. La sala central o tepidarium, a la que se accede a través de un arco escarzano, está rodeada de dos pórticos con tres arcos de herradura sobre columnas de capitel cúbico y sin zócalo, que precede a una nueva pieza, dividida por tres arcos de herradura.
A continuación de la sala de los baños, se encuentra una nueva estancia, dividida en tres zonas por grandes arcos de herradura. En el centro de estaba situado el caldarium que, hasta 1799, conservó la caldera de cobre para el agua, que mediante una serie de galerías subterráneas calentaba la totalidad de las dependencias. En la parte derecha de la sala se aprecia una pila de mármol cubierta por una cúpula de forma octogonal y enfrente, en el muro, un nicho de azulejos, donde se puede observar el caño por donde salía el agua caliente. El aposento de la izquierda, dispone de una pila con nicho y arquillo de mármol al fondo, en torno al cual se lee una inscripción.
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