Fue instituido en 1614, siendo sus fundadores fray Francisco de Sevilla y Fr. Bernardo de Quintanar. Su antigua iglesia era de escaso interés y fue derruida en 1970, izándose en su lugar una nueva, obra del arquitecto José García Nieto.
El convento acoge algunas obras de mención, entre ellas: un cuadro de san Félix de Cantalicio (1638), de Juan Leandro de la Fuente; la imagen de la Divina Pastora, obra de Manuel González; y una Inmaculada (siglo XVI).
Por la entrada de la iglesia se accede a la cripta, que guarda los restos mortales de Fr. Leopoldo de Alpandeire, tutelados por una imagen de san Juan Bautista (siglo XVI), realizada por A. Pimentel.
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