Autor:: José María Sánchez Osuna

Autor:: José María Sánchez Osuna

martes, 22 de noviembre de 2016

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS

Fue erigida en 1671, por el maestro Juan Luis Ortega, en unos terrenos que habían sido cedidos por Felipe II, para que se construyera un hospital. En el edificio se observa una fachada flanqueada por dos torres de campanas, que sustentan capiteles (siglo XVIII) cubiertos de tejas vidriadas. La portada es de formas corintias, realizada en piedra, con columnas salomónicas. En su segundo cuerpo se aprecia una hornacina con la imagen de la Virgen (1665-1666) realizada por Bernardo Francisco de Mora y su hijo José. A la derecha de la iglesia se halla un patio, al que se accede cruzando una puerta que sostiene una hornacina con la escultura de san Cecilio, de José Ruiseño. La portada lateral fue realizada por Alonso Vargas Landeras y Simón de Cárdenas, en ella se aprecia un Crucificado, obra de José Navas Parejo.
El interior del templo consta de ocho capillas, cubiertas con una cubierta de formas toscanas, y ante las pilastras se observan repisas con las estatuas de los Apóstoles (1714-1718), realizadas por Pedro Duque Cornejo. En la nave se aprecian, entre otros, seis lienzos de la Pasión y un Descendimiento; mientras que en las capillas sobresalen: una escultura de san Miguel (siglo XVIII), una  estatua de san Antonio y el Niño, una estatua de san Juan Evangelista (siglo XVI), una Magdalena, un Crucificado (siglo XVII), una Dolorosa, un lienzo con san Juan y la Virgen, un Nazareno y el retablo de san José y el Niño. El retablo mayor (1728) está realizado en mármol, contando con diferentes tallas y esculturas, siendo obra de Marcos Fernández Raya. Fue Raya quien trazó la planta del trono para la Virgen, que en un principio era una Soledad, esculpida de pie y con los brazos pegados al cuerpo; posteriormente se le acoplaría el Cristo y se retocaría el rostro, dándole más expresión.
El camarín es una obra de tipo churrigueresco, ornamentado ricamente con hojas doradas y mármoles de colores; donde el centro está ocupado por el trono de la Virgen, sujetando la cúpula cuatro columnas salomónicas de mármol negro. La realización del camarín fue obra de diferentes artistas: Juan de Mena, fr. Baltasar de la Pasión, Francisco Hurtado Izquierdo, Francisco Beltrán, José Hidalgo y Juan Medina. El incendio ocurrido en 1916 destruyó casi todo el conjunto, debiéndose restaurar la nave, las capillas y, en especial, el camarín.
La sacristía muestra un cuadro de la Aparición de la Virgen, obra del granadino José Suárez Peregrín (1928), varios retratos de arzobispos, un lienzo de san Diego de Alcalá (siglo XVII) y una escultura del Crucificado.



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